ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN:
El caso plantea el resultado de
un sociograma, herramienta que se ha utilizado para evaluar el acoso escolar, en un aula de 29 estudiantes, con 10 chicas y 19 chicos. La edad media es de 12
años.
Los datos, a nivel general, revelan
que el ambiente del grupo es bueno, los estudiantes declaran tener bastantes
amigos y les resulta fácil trabajar y estudiar en una clase donde encuentran
tranquilidad y orden.
En cuanto a características
particulares de los alumnos, el programa identifica a cinco compañeros como los
más amables y respetuosos, con buena predisposición para ayudar a los demás. Asimismo,
nadie declara que exista bullying en clase.
En el ámbito de las interacciones
recíprocas en el grupo, preferencias y rechazos, el test muestra que varios
alumnos pueden sufrir una situación de aislamiento y rechazo, puesto que no
eligen a otros compañeros del grupo y tampoco reciben elecciones o son escasas (Alumnos
13, 25, 17 y 7). Asimismo, uno de ellos (Alumno 17) es rechazado por
14 compañeros de clase, de manera que presenta un riesgo evidente de exclusión
y de ser víctima de acoso escolar.
Por otro lado, el sociograma refleja
que cinco alumnos del grupo se presentan como líderes y preferidos de sus
compañeros, al tener un perfil prosocial, ya que han recibido un mayor número
de votos (Alumnos 22, 24, 9 y, especialmente, 20 y 26).
PLAN DE INTERVENCIÓN:
En primer lugar, se propone
realizar algunas entrevistas individuales con el objetivo de conocer cuáles son
los motivos que conducen al rechazo de los compañeros que se han mencionado y
las razones de éstos últimos para no escoger a ninguno de ellos. Aunque, a
través del cuestionario no se haya detectado ningún caso de acoso, es imprescindible
conocer la perspectiva de los propios implicados, pues ciertos alumnos sufren
situaciones de maltrato que parecen pasar inadvertidas por los compañeros y
profesores. También, podría solicitarse la colaboración de las familias, ya que
es posible que dispongan de información que los alumnos no muestran o expresan
en clase.
En segundo lugar, para lograr la integración
total de los alumnos en el grupo e impulsar la creación de vínculos entre
ellos, se propone utilizar la técnica de la “ayuda entre iguales”. De esta forma, los alumnos con un perfil más
sociable que se han mencionado acompañan a los alumnos más aislados, constituyendo
lazos de afecto y vínculos
de amistad, lo que propiciará la seguridad en ellos y la pertenencia a un
grupo. Si algún alumno objetivo de la intervención tiene un amigo que se
considere adecuado, aunque no tenga estatus social en el grupo, se incluirá también en
la intervención.
Algunas de las acciones propuestas son:
-
Modificar la disposición de los pupitres de
clase para fomentar el trabajo
cooperativo, ayudando a los alumnos más aislados a tener un papel activo y
visible, especialmente en aquellas materias que dominen, para aumentar la
seguridad en sí mismos y su autoestima.
-
Se solicitará la participación a los alumnos más prosociales, líderes. Éstos
serán compañeros de mesa de los alumnos en riesgo de exclusión o aislamiento. Ejemplo:
alumno 20 con alumno 17. Se persigue con ello, la creación de un apoyo dentro
del aula y fortalecer la situación e integración del alumno en riesgo.
Podrán, además,
dirigir grupos de trabajo para la realización de actividades de aula, en
aquellas materias en las que sean más capaces, haciendo de guías o tutores. Asimismo,
les prestarán apoyo cuando sus compañeros necesiten ser escuchados.
-
Actividades en clase para trabajar las habilidades sociales que ayuden a todos
los compañeros a saber relacionarse entre sí desde el respeto: juegos de
role-playing; integración; empatía-asertividad…
SEGUIMIENTO DEL PLAN DE INTERVENCIÓN:
Con el objeto de comprobar si la intervención
ha sido efectiva, se propone realizar de nuevo el sociograma, evidenciando si
persisten los casos de rechazo y aislamiento o se han modificado las relaciones
de grupo. Los profesores tutores deberán estar vigilantes y observar a los
alumnos rechazados en todos los ámbitos, no únicamente en el aula, sino en los
espacios de recreo, comedor…
Nuevamente, se mantendrán
entrevistas con los alumnos en riesgo de exclusión y alumnos que han hecho de
líderes y guías durante el plan de intervención. A través de sus análisis,
impresiones o sentimientos… podrá evaluarse el grado de consecución del plan.
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